"Ustedes, que lo vieron todo, o que vieron destellos y fragmentos, tomen de nosotros un ejemplo, intenten reunirse, organizen su acto, encuentren su comunidad, recojan algún tipo de redención de su propia conciencia, sean conscientes de sus propios amigos, de su propio trabajo, de su propia meditación adecuada, de su propio arte, de su propia belleza, salgan y háganlo para su propia eternidad." —Mensaje de Allen Ginsberg al cierre de The Rolling Thunder Revue—Una historia de Bob Dylan por Martin Scorsese.

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"La verdad" es faro guiando a los artistas que intentan penetrar el inconsciente colectivo, al tiempo que avanzan el pensamiento social y cultural. Un día le dije a una ex-pareja que quería hacer un documental sobre su vida increíble, y me contestó: "No, porque muchas personas van a salir lastimadas". Entonces, ¿para qué un documental, sino para develar una verdad que ayude a quienes lo vean y puedan allí identificarse, hacer catarsis, y aprender indirectamente del error y del amor? ¿Y que sirva para maravillarse ante lo bello y profundo de la vulnerabilidad de quienes se representan a sí mismos en él de manera genuina, lo público y lo privado, conversando?

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En palabras de George Orwell, tomado de Best American Essays (2019), de Rebecca Solnit, ciertamente también diría sobre mi trabajo, que aparte de "la necesidad de ganarme la vida", hay "cuatro grandes motivos para [producir documentales] ": "Puro egoísmo" (el deseo de notoriedad, fama), "entusiasmo estético" (placer en componer un buen [documental], "impulso histórico" (informar con precisión sobre el mundo para la posteridad) y "propósito político" (promover una visión del mundo y una sociedad mejor).